lunes, 13 de febrero de 2017

Caperucita, la manipuladora.

        Hola, soy el lobo de Caperucita Roja y os voy a contar lo que realmente ocurrió el día del que la gente habla una y otra vez, pero, primero, aclararé un par de cosas:
Bueno, lo que sí que es cierto es que todos la llamaban Caperucita por su caperuza roja, pero, no se la dieron por ser una niña tan dulce y buena, sino para encontrarla en el bosque las múltiples veces que se escapaba, eso lo primero. Y lo segundo, el día del que todos hablan, ella no se dirigía a casa de su abuelita, sino, que iba al pueblo.

Dicho esto, la historia empieza aquí:
        Caperucita se había escapado de casa una vez más, justo después de discutir con su madre y paseaba por el bosque cuando yo la encontré. Se la veía enfadada. Yo seguía mi camino en busca de algo de fruta para merendar cuando ella me tiró del rabo con todas sus fuerzas, no podéis imaginar lo que me dolió y lo peor es que, cuando me quise dar cuenta... !Zas¡ Un tirón de orejas, no tuve más remedio que girarme, erizar mi pelo y gruñirle. Ella se asustó y corrió. Yo corría tras ella y cuando ya estaba cansado, la dejé escapar. Y ahí acabó todo. El resto de la historia es inventada por la manipuladora Caperucita.
        Además, si se piensa un poco era invierno, anochecía, no había ningún cazador y, es totalmente imposible que yo me la comiese, siendo un lobo vegetariano.
        Y, bueno, con este pequeño texto lo que quiero deciros, amigos míos que, a veces, ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario