lunes, 15 de mayo de 2017

Mi propuesta de encuentro imposible

Los tres estaban sentados en una habitación: mi profesor de lengua, un silencio incómodo que le impedía hablar y un cantante de reggaeteon (si es que se le puede llamar cantante). El reggaetonero miraba con interés la pantalla de su móvil mientras, de vez en cuando, la agitaba de izquierda a derecha (como si fuese a ganar moviéndola más); mi profesor de lengua miraba a al techo pensativo, posiblemente, pensando en algo que decir o, simplemente decidiendo qué iba a cenar aquella noche, pero, de repente, se dispuso a hablar:
- Buenos días, bonito día ¿no cree? 
- Hace calo' - respondió sin apartar la vista del móvil.
- ¿Qué está haciendo con el móvil? Tengo curiosidad - preguntó mientras le arrebataba el móvil de las manos para tener una conversación fluida.
- Joder - gruñó.
- ¿Qué tal le fue el concierto del otro día?
- Genia', chava', la peña estaba a tope, nos que'amos sin vo', pero la cosa estuvo guapísima, mu guapa. 
- Me alegro, pero, creo que va siendo hora de darle de comer a mi pez, solo una última cosa: me parece un gesto bonito que escriba canciones a su madre diciéndole lo guapa que es.
- Fuah, jajaja,¿a mi madre?, jajaja, ella solo sirve para plancharme la ropa de lo' concierto' y dejarme pasta. Esa ''mami'' de la que habla' e' mi vecina de aba'o, que tiene un cuerpo.... !UFF¡
- No trate así a su madre, por favor, porque como Calderón de la Barca decía, la vida es un frenesí, una sombre, una ilusión y una ficción, y, sinceramente, no me parece nada de eso la vida de tu madre.
- Jodeeeeer con el pavo este, déjame en paz, vete ya a darle de comer al pez. 
- Le pediría que definiese "pavo", pero tengo obligaciones, me marcho.- dijo levantándose de la silla
- ¡Pero dame mi móvil, me cago en to'!
Mi profesor lo escuchó, pero siguió adelante, sabía que le había hecho un gran favor.

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